La Corte Suprema ha tomado una postura en un complejo caso de revinculación materno-filial, enfatizando la necesidad de un enfoque adaptativo que respete el derecho constitucional de los niños a ser oídos y que considere las circunstancias cambiantes de la vida familiar. Revisando un fallo anterior que se centraba en métodos rígidos y predeterminados, la Corte promueve una solución más dinámica y personalizada, reconociendo que los procesos de familia no pueden ser resueltos mediante fórmulas estandarizadas sin atender a las realidades individuales que cada caso presenta.
Al hacerlo, la sentencia de la Corte pone de manifiesto que las medidas de protección de los menores no son estáticas sino que deben ser susceptibles de ajustes conforme evolucionen las situaciones familiares y psicológicas involucradas. En el caso particular, se propone abandonar los intentos de revinculación forzosa que han probado ser más perjudiciales que beneficiosos, sugiriendo en cambio, que se exploren técnicas alternativas y cuidadosamente calibradas que favorezcan una recomposición gradual y sostenible de los lazos maternos y filiales.
Este fallo recalca la importancia de las evaluaciones psicológicas continuas y actualizadas tanto para las adolescentes como para los adultos responsables, para asegurar que las decisiones judiciales contribuyan de manera efectiva al bienestar emocional y psicológico de los implicados.