Se condena a las empresas Google y Yahoo a indemnizar a la actora por daño moral, pues luego de haber sido intimadas extrajudicialmente a desindexar los contenidos que la vinculaban con sitios pornográficos, debieron adoptar las medidas necesarias para evitar el agravamiento del daño, aun cuando no hubiera una providencia cautelar que las obligara; tal como sucedió cuando Google desindexó, motu proprio, un archivo que asociaba a la actual Vicepresidenta con la comisión de un delito.