En un esfuerzo por hacer más accesible y comprensible la información pública, se ha presentado un proyecto para modificar la ley 27.275 de Derecho de Acceso a la Información Pública. La propuesta central es la inclusión del concepto de “lenguaje claro” en el marco legal, buscando que los poderes del Estado expresen la información de una manera más sencilla y sin el uso de términos en latín o tecnicismos.
El lenguaje claro es un principio de redacción que se centra en hacer que la información sea fácil de leer, comprender y utilizar. El objetivo es eliminar las barreras que a menudo se encuentran en la comunicación oficial, como el uso de un lenguaje jurídico o técnico complejo, y en su lugar, utilizar un lenguaje que sea accesible para la mayoría de las personas.
La incorporación de este principio en la ley de Derecho de Acceso a la Información Pública podría representar un cambio significativo en la forma en que se maneja y se presenta la información oficial. Esto podría resultar en una mayor transparencia y accesibilidad, permitiendo a los ciudadanos entender mejor la información proporcionada por el Estado y así poder participar de manera más efectiva en los procesos democráticos.
En conclusión, este proyecto es un paso importante hacia una comunicación gubernamental más transparente y accesible. Al requerir el uso de un lenguaje claro en la presentación de la información pública, se reconoce el derecho de todos los ciudadanos a acceder a la información de una manera que puedan comprender y utilizar.
El uso de un lenguaje claro en la comunicación pública beneficia a los ciudadanos de varias maneras:
Reduce errores y aclaraciones innecesarias, facilitando la comprensión de los documentos y comunicaciones públicas por parte de los ciudadanos
Reduce costos y cargas para el ciudadano. Cuando las comunicaciones públicas son claras y fáciles de entender, los ciudadanos pueden ahorrar tiempo y recursos que de otro modo se gastarían en buscar aclaraciones o asistencia.
Facilita el control ciudadano sobre la gestión pública y la participación ciudadana. Un lenguaje claro facilita que los ciudadanos comprendan sus derechos y obligaciones, y que participen en los procesos públicos de toma de decisiones.
Genera confianza en los ciudadanos. Cuando las comunicaciones públicas son claras y fáciles de entender, pueden aumentar la confianza de los ciudadanos en el gobierno y sus instituciones.
Promueve la transparencia y el acceso a la información pública. Un lenguaje claro facilita a los ciudadanos el acceso y la comprensión de la información pública, lo cual es un aspecto clave de la transparencia.
Fomenta la rendición de cuentas efectiva por parte del Estado. Cuando las comunicaciones públicas son claras y fáciles de entender, es más fácil para los ciudadanos hacer que el gobierno rinda cuentas por sus acciones.
Beneficia a personas con discapacidad cognitiva, personas analfabetas, personas con bajo nivel educativo y personas de la tercera edad. Un lenguaje claro hace que las comunicaciones públicas sean más accesibles.